Su nombre significa “cerro del chapulín” en náhuatl, para los capitalinos es un lugar muy importante. Chapultepec es más que un bosque, es un centro cultural muy importante, punto de reunión para la cultura, la historia, la ciencia, la diversión, una importante reserva natural y mucho más.
El Bosque de Chapultepec es el bosque urbano más grande de América Latina, con 800 hectáreas. Se encuentra dividido en tres grandes secciones. Dentro se encuentran museos, parques de diversiones, esculturas, la casa de “Los Pinos” que es la Residencia Presidencial, lagos, fuentes, teatros, restaurantes, un zoológico, un panteón y hasta un castillo.
En el año 2007 el bosque celebro su primer centenario (aunque data de más años) como “Bosque de Chapultepec” y el gobierno de la Ciudad de México planea extender más su área.
El Bosque de Chapultepec es un pulmón de la ciudad, testigo de su historia. Los primeros rastros de la actividad humana datan de hace más de tres mil años, siendo piezas de cerámica y entierros testimonios que hablan de su origen. Chapultepec fue elegido por la pureza de sus aguas y la variedad de su fauna.
Fue ocupado por teotihuacanos y luego por toltecas, territorio de los tepanecas y luego de los mexicas (los aztecas). Los mexicas lo consideraban como uno de sus lugares sagrados, por sus manantiales, que dotaban de agua la gran Tenochtitlan. El Rey Neahualcoyotl construyo una mansión y Moctezuma Ilhuicamina construyo el acueducto de Tlaxpana.
Moctezuma Xocoyotzin mando construir unas piletas para almacenar agua, también conocidos como “Los Baños de Moctezuma”. A la llegada de los españoles, Cuauhtemoc defendió Chapultepec de la conquista.
Con la conquista, Hernán Cortes pretendió apropiarse de Chapultepec, pero el Rey Carlos V ordeno que el Bosque de Chapultepec fuese de la Ciudad de México.
Chapultepec fue escenario de crueles combates y ha sido cede de los poderes imperiales de los emperadores Carlota y Maximiliano y de los poderes republicanos, sirviendo el Castillo como cede de ambos.
Los fresnos y truenos ocupan más de la mitad de las especies vegetales que crecen allí. Pero los Ahuehuetes son su especie más famosa como el “Sargento” y el “Centinela” (apodados por los cadetes del H. Colegio Militar) que aunque no están vivos, son un monumento vegetal a la grandiosidad de estos árboles que vivieron por 500 años.
En la actualidad, el bosque se encuentra dentro de un programa de rehabilitación. Se ha requerido una gran suma de dinero para dar solución a problemas como estacionamiento, seguridad, entradas peatonales, control de plagas, limpieza de los lagos, etc.
El Bosque de Chapultepec merece un gran esfuerzo para su conservación, ha sido testigo histórico, recinto cultural, diversión, recuerdos familiares y mucho más. Es sin duda un hito de la Ciudad de México que todos los capitalinos lo hacen como lugar de pertenencia.
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