Presenta una critica humorística sobre la sociedad mexicana, desde la perspectiva de una familia de clase baja que vive en una vecindad de la Ciudad de México, ubicada en “el callejón del Cuajo número chorrocientos chochenta y chocho”.
Durante los primeros treinta años, los cuales se le conoce como la primera temporada, semanalmente se tiraban quinientos mil ejemplares. Después de un receso se volvió a publicar desde 1978, lo que se conoce como la segunda temporada, con el paso del tiempo y el desarrollo de otros medios se redujo su publicación a solo quince mil ejemplares.
El éxito obtenido se le atribuye a su impacto social ya que las personas que lo leen encuentran un espejo de la cotidianidad de la vida en la gran ciudad. El nombre de la historieta, según su autor, se debe a que un alto porcentaje de personas en México trabaja largas jornadas al día, es decir: “como burro”.
La historieta aborda temas relacionados con la vida política, económica, social y cultural del país, desde los diversos puntos de vista de todos los personajes. Tiene como principales personajes a la propia “Familia Burrón” y como protagonista a Doña Borola Tacuche de Burrón. Es interesante notar que a pesar de tener sesenta años desde su nacimiento los personajes han conservado su perfil tan definido y evolucionado de acuerdo a las condiciones que prevalecían en el país de aquellos años.
Don Regino Burrón, es el esposo y padre de familia, peluquero de oficio, nacido de una familia pobre, tranquilo, comprensivo, trabajador, tiene su propia peluquería “El Rizo de Oro”, dado a su personalidad es el freno a las locuras de su esposa “La Güereja” y el pilar económico de la familia, aunque varias veces es ayudado y mantenido por su esposa.
Regino Burrón Tacuche o el “Tejocote” es la mano derecha de su padre, ayudando siempre en la peluquería, estudiante dedicado de bachillerato, serio y formal.
Macuca Burrón Tacuche, la única hija y la consentida de la casa, ingenua e inocente ayuda a las labores del hogar y compañera de su madre en sus locas iniciativas, aunque a veces se avergüenza.
Foforo Cantarranas o “Foforito”, hijo adoptivo de esta humilde familia. Al igual que Regino chico ayuda a su papa en “El Rizo de Oro”. Estudiante y con dones musicales, toca la “vihuela”, una especie de banjo y guitarra.
Gracias Don Gabriel Vargas por dejar este legado tan importante. Descanse en Paz.
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